De la Ley de Igualdad a la Nueva Agenda Urbana: El impacto de género en el urbanismo

La Ley de Igualdad de 2007 establece que los poderes públicos, en sus políticas y planes urbanísticos, deben integrar los aspectos que sean relevantes desde la perspectiva de género. La Ley del Suelo, de ese mismo año, hace también referencia, si bien más breve, a la igualdad entre hombres y mujeres entre los principios de deben regir la actuación de las administraciones en materia urbanística. En 2003, otra Ley trasponía al ordenamiento jurídico español la directiva europea obligando a la realización de evaluaciones de impacto de género de toda la normativa emanada desde los poderes públicos.

A pesar de lo mucho que se ha avanzado en conocimiento e investigación en el ámbito académico desde la aprobación de estas leyes, poco se ha avanzado en la práctica institucional. Excepciones son algunas leyes autonómicas como la catalana y la vasca, algún Plan General como el de Irún, las Directrices de Ordenación del Territorio del País Vasco, acciones participativas con mujeres en los barrios, en Cataluña sobre todo, o las micro intervenciones a escala local en Santa Coloma de Gramanet.

Sin embargo, en los dos últimos años se han producido importantes cambios en el contexto en que operan las instituciones, que abren nuevas perspectivas para unos planes urbanísticos que respondan mejor a las tareas de cuidado y a las experiencias vitales de mujeres y hombres.

En primer lugar, las agendas internacionales relativas al Desarrollo Sostenible y a la ciudad -la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana- integran de manera explícita y rotunda el objetivo de igualdad entre hombres y mujeres en la construcción de la ciudad y el desarrollo sostenible.

En segundo lugar, las sentencias judiciales de 2017 que anulan los Planes Generales de Loeches y Boadilla por carecer de evaluación de impacto de género en su documentación administrativa. Estas sentencias están cuidadosamente argumentadas en sus aspectos sustantivos más allá del defecto de forma. Marcan claramente un antes y un después en nuestro país en cuanto a las exigencias legales respecto a cómo el urbanismo debe responder a las necesidades vitales de las personas.

En esta jornada discutiremos sobre este nuevo contexto y cómo este nuevo instrumento que son las evaluaciones de impacto de género, adecuadamente utilizado, puede contribuir a la creación de una cultura urbanística que responda mejor a las necesidades de todas las personas y muy en particular aquéllas tareas derivadas del cuidado de otras personas y del hogar.